Los trastornos del espectro autista (TEA) son discapacidades del desarrollo causadas por diferencias en el cerebro. Algunas personas con TEA tienen una diferencia conocida, como una afección genética. Todavía no se conocen otras causas. Los científicos creen que los TEA tienen múltiples causas que, al actuar juntas, cambian las maneras más comunes en las que las personas se desarrollan. Todavía tenemos mucho que aprender sobre estas causas y cómo estas afectan a las personas con TEA.
Puede que las personas con TEA se comporten, comuniquen, interactúen y aprendan de maneras que son distintas a las de la mayoría de las personas. Muchas veces no hay nada en su apariencia que las distinga de las demás. Las capacidades de las personas con TEA pueden variar de manera significativa. Por ejemplo, algunas personas con TEA podrían tener destrezas de conversación avanzadas, mientras que otras podrían no expresarse verbalmente. Algunas personas con TEA necesitan mucha ayuda en su vida diaria; otras pueden trabajar y vivir con poca ayuda o nada de ayuda.
Los TEA aparecen antes de los tres años de edad y pueden durar toda la vida, aunque los síntomas podrían mejorar con el tiempo. Algunos niños muestran síntomas de TEA en los primeros 12 meses de vida. En otros, puede que los síntomas no aparezcan hasta los 24 meses o después. Algunos niños con TEA adquieren nuevas destrezas y alcanzan indicadores del desarrollo hasta alrededor de los 18 a 24 meses de edad, y después dejan de adquirir nuevas destrezas o pierden las que ya tenían.
A medida que los niños con TEA se convierten en adolescentes y adultos jóvenes, podrían tener dificultades para formar y mantener amistades, para comunicarse con personas de la misma edad y adultos, o para entender qué conductas se esperan de ellos en la escuela o el trabajo. Puede que lleguen a proveedores de atención médica porque también tienen afecciones, como ansiedad, depresión o trastorno por déficit de atención e hiperactividad, que se presentan con más frecuencia en personas con TEA que en personas sin TEA.
Signos y síntomas
Las personas con TEA con frecuencia tienen problemas con la comunicación y la interacción sociales, y conductas o intereses restrictivos o repetitivos. Las personas con TEA también podrían tener maneras distintas de aprender, moverse o prestar atención. Es importante señalar que algunas personas sin TEA también podrían presentar algunos de estos síntomas. Estas características pueden dificultar mucho la vida de las personas con TEA.
Diagnóstico
Diagnosticar los TEA puede ser difícil debido a que no existe una prueba médica, como un análisis de sangre, para diagnosticarlos. Para dar un diagnóstico, los médicos evalúan la conducta del niño y su desarrollo. Los TEA, a veces, pueden detectarse a los 18 meses de edad o antes. Hacia los dos años, el diagnóstico de un profesional con experiencia se puede considerar confiable.1 Sin embargo, muchos niños no reciben un diagnóstico definitivo hasta que tienen más edad. Algunas personas no reciben un diagnóstico hasta que son adolescentes o adultas. Este retraso significa que hay personas con TEA que podrían no recibir la ayuda temprana que necesitan.
Tratamiento
Los tratamientos actuales para los TEA buscan reducir los síntomas que interfieren con el funcionamiento diario y la calidad de vida. Los TEA afectan a cada persona de distinta manera y esto significa que las personas con TEA tienen fortalezas y desafíos únicos, y distintas necesidades de tratamiento.2 Por lo general, múltiples profesionales participan en los planes de tratamiento y estos se adaptan a cada persona.
Factores de riesgo
No existe una única causa de los TEA. Se han identificado muchos factores que podrían aumentar las probabilidades de que un niño tenga un TEA, como factores ambientales, biológicos y genéticos.
Aunque sabemos poco sobre las causas específicas, la evidencia disponible indica que lo siguiente podría poner a los niños en mayor riesgo de presentar un TEA:
- Tener un hermano o hermana con TEA.
- Tener ciertas afecciones genéticas o cromosómicas, como síndrome del cromosoma X frágil o esclerosis tuberosa.
- Haber tenido complicaciones al nacer.
- Haber nacido de padres mayores.
Los CDC están trabajando en uno de los estudios más grandes que se hayan hecho sobre los TEA en los Estados Unidos hasta la fecha. Este estudio, llamado Estudio para Explorar el Desarrollo Temprano (SEED, por sus siglas en inglés), fue diseñado para investigar los factores de riesgo y las conductas relacionadas con los TEA. Los CDC están haciendo un estudio en el que se les hace seguimiento a los niños mayores, que fueron inscritos en el SEED, para determinar el estado de salud, el funcionamiento y las necesidades de las personas con TEA y otras discapacidades del desarrollo a medida que vayan madurando.
Con qué frecuencia se presentan los TEA
La Red de Vigilancia del Autismo y las Discapacidades del Desarrollo (ADDM, por sus siglas en inglés) de los CDC ha estado estimando la cantidad de niños de 8 años con TEA en los Estados Unidos desde el 2000.
Los TEA se presentan en todos los grupos raciales, étnicos y socioeconómicos. Son más de 4 veces más comunes en los niños varones que en las niñas.
Si algo le preocupa
Como madre o padre, usted ya tiene lo que necesita para ayudar a sus hijos pequeños a aprender y crecer. Los CDC han elaborado materiales para ayudarlo a hacerles seguimiento a los indicadores del desarrollo de su hijo y compartir el progreso, o cualquier preocupación, con el médico de su hijo en todos los chequeos.
Obtenga más información sobre las listas de verificación de los indicadores del desarrollo y otros materiales de los CDC para los padres.
Comuníquese con el médico de su hijo si cree que el niño podría tener un TEA o si usted tiene cualquier otra preocupación sobre la manera en que su hijo juega, aprende, habla o actúa.
Si usted sigue preocupado, pídale al médico que lo remita a un especialista que pueda hacerle una evaluación más profunda a su hijo. Los especialistas que pueden hacer una evaluación más profunda y un diagnóstico incluyen:
Pediatras del desarrollo (médicos que han recibido capacitación especial en desarrollo infantil y en niños con necesidades especiales).
Neurólogos infantiles (médicos que tratan problemas del cerebro, la columna vertebral y los nervios).
Sicólogos o siquiatras infantiles (médicos que se especializan en los procesos mentales de las personas).
Al mismo tiempo, llame al sistema público de intervención infantil temprana de su estado para solicitar una evaluación gratuita, a veces llamada evaluación “Child Find”, a fin de averiguar si su hijo reúne los requisitos para recibir servicios de intervención. Usted no necesita esperar hasta tener el diagnóstico o la remisión de un médico para hacer esta llamada.
El sitio adonde debe llamar para solicitar la evaluación gratuita del estado dependerá de la edad del niño:
Si su hijo todavía no ha cumplido los 3 años, comuníquese con el sistema local de intervención temprana.
Puede encontrar la información de contacto correspondiente a su estado llamando al Centro de Asistencia Técnica de la Primera Infancia (Early Childhood Technical Assistance Center, ECTA) al 919-962-2001.
O visite el sitio web del ECTA.external icon
Si su hijo tiene como mínimo 3 años de edad, comuníquese con el sistema escolar público local.
Aun cuando su hijo no tenga la edad suficiente para ir al kínder o no esté inscrito en la escuela pública, llame a la escuela primaria local o a la junta directiva de educación y solicite hablar con alguien que pueda ayudarlo a conseguir que evalúen a su hijo.
Si no está seguro de a quién debe contactar, llame al ECTA al 919-962-2001.
O visite el sitio web del ECTA.external icon
Las investigaciones muestran que los servicios de intervención temprana pueden mejorar de manera significativa el desarrollo de un niño.3,4 Para asegurarse de que el niño alcance todo su potencial, es muy importante que reciba estos servicios lo antes posible.
Referencias
Lord C, Risi S, DiLavore PS, Shulman C, Thurm A, Pickles A. Autism from 2 to 9 years of age. Arch Gen Psychiatry. 2006 Jun;63(6):694-701.
Hyman, S.L., Levy, S.E., Myers, S.M., & AAP Council on Children with Disabilities, Section on developmental and behavioral pediatrics. (2020). Identification, evaluation, and management of children with autism spectrum disorder. Pediatrics, 145(1), e20193447.
Handleman, J.S., Harris, S., eds. Preschool Education Programs for Children with Autism (2nd ed). Austin, TX: Pro-Ed. 2000.
National Research Council. Educating Children with Autism. Washington, DC: National Academy Press, 2001.
Artículo obtenido de: https://www.cdc.gov/ncbddd/spanish/autism/facts.html